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Jan 13 |
[PREESTRENO] Siete almas: Y Will Smith metió la pataSi hubiera justicia, en las enciclopedias habría una foto de Will Smith en la época de El príncipe de Bel-Air al lado de la palabra “agradable”. Esa es la palabra: Puede caer mejor, puede caer peor, pero ver a Will Smith siendo él mismo es agradable y divertido. Es como ver a tu colega Alfonso haciendo el idiota en la televisión, pero en glamouroso, negro y rapero. Tristemente, si la justicia existiera, también habría una foto de Will Smith intentando parecer serio al lado de la palabra “fallo”. Ojo, que le entiendo. Jim Carrey ha conseguido ser un actor respetado en Hollywood y a la vez sigue siendo el payaso que ha sido toda la vida. Sus actuaciones dramáticas han roto hasta los corazones más pétreos de la industria crítica del cine, y ha logrado hacerse un hueco en la eternidad. Will Smith, simplemente… no. Bien, logró una actuación bestial en Ali, fue recompensado como el mejor actor del año muy merecidamente… ¿por qué no dejarlo? ¿por qué hundirse más y más en la mediocridad con cintas como Yo, robot o En busca de la felicidad? ¿Por qué ese empeño en no ser Will Smith, ese papel que le ha dado películas tan entretenidas como Soy leyenda –Will Smith en una sociedad post-apocalítpica- o Hancock -Will Smith superhéroe-? ¿Por qué ser otra persona que no pega nada con el papel que, en nuestra cabeza, hemos dado todos al actor? Siete almas es otra prueba más de que Smith está mejor en cualquier comedieta idiota (Hitch, sin ir más lejos) que en un intento de dramón que se queda en eso: Intento. Y es que, como hemos dicho, si hubiera justicia, la expresión “Ni pies ni cabeza” debería ir siempre acompañada con un fotograma de Siete almas. Así de buena es. Por cierto, le regalo mi idea a la RAE. De nada. A la hora de hacer el poster, simplemente pusieron la foto del DNI de Will Smith Conste una cosa: Se me hace difícil hablar mal de Will Smith. ¿Es que nadie le vio en El hormiguero? Esa entrevista va a vender más entradas que todos los trailers emitidos hasta ahora. Pero es que, igual que Hancock o Men in black se hacían impensables sin el rapero, Siete almas podría ser interpretada por cualquier actor del Hollywood actual que quisiera cambiar de registro: Desde Mark Wahlberg hasta Vin Diesel, cualquiera podría haber sido el protagonista del film. Ese es uno de sus problemas: Es una película sin alma (o mejor dicho, con siete. Mátenme), con un actor carismático totalmente desaprovechado. No es que Smith sea mal actor (en Alí demostró de lo que era capaz), pero es que en este caso se pasa el filme poniendo cara de “actor dramático que se lo toma muy muy en serio”. O lo que es lo mismo, para los amigos: Cara de “Estoy oliendo mierda cerca continuamente y me repele”. Supongo que, a grandes rasgos, se puede considerar una buena actuación (el inicio es bestial. A partir de ahí va hacia abajo), pero el tipo ni ríe, ni llora (bueno, se lleva las manos a la cara haciendo como que llora, pero ni por esas). Grita un poco en la segunda secuencia para que todos nos asustemos un poco y creamos que el personaje va a tener algo de interés, pero para de contar. El resto del filme se basa en poner cara de pan y preocuparse de no estar sobreactuando. Sintiéndolo mucho por Will, realmente cometió un fallo al aceptar la película. Quizá os estéis preguntando “Eh, pero si el argumento no está nada mal, ¿por qué no le ha gustado al zopenco este?”. Efectivamente: El argumento en sí es perfecto y podría dar lugar a una gran película: Un hombre quiere buscar a siete personas buenas de corazón para salvarles la vida. El problema es que este argumento solo se explota en el primer cuarto de hora y en los últimos cinco minutos. Después de conocer a seis personas (sin saber por qué, ni cómo, ni donde: La primera hora de Siete almas es una experiencia devastadora. No había estado tan perdido nunca jamás en mi vida, ni en las peores pesadillas de Lynch. Por suerte o por desgracia, al final todo cobra sentido…aunque ojalá no lo hubiese hecho), Smith conoce a una chica que necesita un transplante de corazón, es muy buena, se enamora y se pasa casi dos horas intentando camelársela. En serio. De vez en cuando sale alguna de las historias del inicio, como en una ráfaga, para que no se nos olvide, pero el argumento principal es una sucia, mentirosa y vil historia de amor al uso. Al final del filme, las siete personas quedan salvadas (no diremos cómo) y se nos vuelve a dar un protagonismo inusitado a la chica. Sin ella, ahora probablemente mi opinión sería muy diferente, pero el filme se diluye demasiado en prolongar una historia de amor que ni nos interesa en ningún momento, ni aporta nada a la trama que no pudiera haber sido contado de manera más rápida y efectiva. ¡Qué pasa, tío Phil! ¡Vengo de hacer felices a siete personas… y eran todas pivitas! ¿Qué me dices? ¿Chocas o qué? Por cierto, que la chica es Rosario Dawson, que era la sosa de Clerks 2, de Death proof y de Sin city. Lo tiene todo, la mujer, excepto carisma, nivel de actuación decente y química con Will Smith. En serio. Nunca había visto una pareja con menos química en una sala de cine jamás (no me hagan hablar de sus besos, por favor: He visto más emoción puesta en los actores yonquis del porno gonzo más casposo), pero no es solo eso: El problema es que el resto de actores no tienen la menor idea de qué hacen ahí. Woody Harrelson hace su papel más desaprovechado hasta la fecha (con todo, es lo mejor del filme. La manera de actuar de su personaje no se la cree ni el guionista, pero Woody lo hace bien) y el reparto al completo baila al son que manda Will Smith, que para algo es el que sale en el cartel bien afeitadito. Correcto, pero sin tirar cohetes. Poco a poco empezamos a vislumbrar cual es el gran error de Siete almas, pero vale la pena ir desgranando uno a uno sus fallos garrafales. Y es que pocas veces se ve una película dándose cuenta de su potencial y de lo poco que se ha exprimido. Pocas veces me he sentido tan impotente en una butaca, casi gritando “¡Oh, venga! ¡Yo podría haberlo hecho mejor! ¡Mi abuela tiene más sentido del ritmo! ¡Al menos conseguiría que se entendiese la primera hora de la película y haría que el final fuera REALMENTE sorprendente!”. Para colmo, en todo momento alguien decidió que era una genial idea bombardearnos con LA MÚSICA. Como es un filme de mucho drama, mucho dolor y mucho lamento, la música es lenta y seria. Y esto estaría muy bien si no fuera porque la música es lenta y seria incluso cuando no tiene que serlo. ¿Que Smith ha arreglado la máquina de imprimir carteles de su pseudo-novia y ella está muy contenta? Música lenta y seria. ¿Que Smith y la novia se besan? Música lenta y seria. ¿Que hacen una fiesta a Smith con globos rojos y verdes? Música lenta y seria. Qué drama, tú. Hasta las partes que no son de llorar intentan ser manipulables para que el espectador medio diga “Eh, debe ser muy buena, porque la música era profunda”. Y lo peor es que creo que lo conseguirán. Dios mío. Rosario Dawson: Tanto carisma como una piedra, con peor actuación Pero es que el filme ni siquiera es buen manipulador. A mi no me importa que me manipulen si lo hacen bien. Cuando cogen mis sentimientos y me obligan a sentir algo en Amèlie, La vida es bella o El hijo de la novia, corro a llorar, a reír o a enternecerme. Cuando lo intentan hacer en Siete almas, la indiferencia se adueña de la sala, que tiene que reprimir una carcajada en el supuesto “momento cumbre” del filme, que no desvelaré, pero que tiene que ver con una bañera y con el actor ganador de un Oscar ofreciéndonos la peor actuación de su carrera desde Wild wild west. El final sorpresa no es ni sorpresa (por dios, te dan unas pistas tan obvias a lo largo de la trama que un niño de dos años conseguiría unir las piezas), ni emocionante. ¿Cómo puede emocionarnos lo que le pase a un personaje que, a lo largo de la trama, nos ha importado un pimiento morrón? Y llegamos ya al gran fallo, al error garrafal del filme: Darle el encargo de guionizarla a un tipo que hasta entonces solo había escrito un episodio de Sabrina, cosas de brujas (en serio) y darle una cámara y un montón de dinero a Gabriele Muccino, que ya nos adormeció a todos con En busca de la felicidad. Muccino no sabe dónde poner la cámara, qué decisiones tomar para que los planos sean coherentes y no ridículos (esos travellings siguiendo la espalda de Smith y viendo el resto del mundo desenfocado, ese plano de la bañera, ese polvo tan ridículamente mal rodado) y, en general, qué hacer para que Siete almas no sea el tostón que finalmente ha sido. A ello ayuda un guión que necesita veinte reescrituras (si supiera lo que estaba pasando desde el principio, el filme me hubiera atrapado. Sabiendo lo que pasa al final me dio absolutamente igual), un montaje que hace aguas por los cuatro costados (atención a las escenas de flashbacks introducidas sin ton ni son. Hasta en El internado saben cuándo hay que meter un flashback y cuando no, amigos. En Siete almas no tienen ni idea) y unos personajes secundarios que, de puro secundarios, se diluyen en la trama. Creedme: No merece la pena. Ni aunque os guste dejaros manipular. Estrellitas: * ½ 11 Responses to “[PREESTRENO] Siete almas: Y Will Smith metió la pata”Escribe un comentario |
Simplemente, comentar que hay más Will Smith en el poli gracioso que hace chistes sobre su ex-mujer en la planísima Yo, robot; que en el torturado hombre solitario que busca desesperadamente un rayo de esperanza en la, por momentos genial, por momentos mediocre, Soy Leyenda.
¿Han hecho algo bien en la película? ¿La iluminación o algo?
La mujer sosa de Clerks 2 no era la Dawson, sino la parienta del kevin Smith que hacia de la novia del prota, vaya espantajo de actuación!
Ambas eran sosas, Freddy. Y no estoy de acuerdo con Bob, la verdad. Yo no vi a Will Smith en Yo, robot por ningún lado. Paco… no, ni la iluminación, era bastante patetiquilla.
Por cierto, hoy he estado en una rueda de prensa con Will Smith…el viernes, el reportaje en exclusiva.
Olvídate de Will Smith!!! En la rueda de prensa estaba Pilar Rubio!!! Da detalles, maldito!!!
Y bueno, Smith intenta darle un giro a su carrera, pero forzarse a hacer de dramático… No sé, quizás tocó techo con Ali. Y Rosario Dawson será sosa, pero está (o en Clerks 2 estaba) buena y eso le sobra y le basta a la gente para la típica historia de amor, no?¿?
¡No he visto a Pilar Rubio! Ponía que estaba e incluso tenía un CV preparado, pero al final nada. Ya veréis la rueda de prensa, que ha quedado muy bonita. En vez de el viernes, el sábado, que si no, no hay artículo de estrenos 😛
Bueno, ciertamente Will Smith, como actor dramático, todavía le cuesta arrancar. Y sí, es un tipo que cae bien, pero verlo en papeles serios… todavía no lo veo muy creíble, excepto en Ali.
Por cierto, Randy, ¿algún adelanto sobre si Will es un tipo majete de verdad o si es todo fachada o sólo un poco? 😛
Es tan majete que no crees que pueda haber alguien tan majete en el mundo entero 😉
Hablando desde la ignorancia, yo pregunto: ¿el título literalmente traducido no tendría que ser “siete peniques”?
En realidad, sería “Siete Libras” (penique = penny, libra = pound). No sé exactamente el porqué de llamarlo “Siete Almas” (a excepción de la típica excusa “traduzco como me sale de ahí”), pero los que la vean seguramente entiendan lo que significa lo de las siete libras (que serán las de peso, no las esterlinas) y si tiene que ver… supongo… creo… no sé… yo es que no la he visto… hmmm…
¡Que Randy nos saque de dudas! xD
Pues a mí su actuación en “En busca de la felicidad” me parece genial.