¿No estáis hartos de las típicas listas que se hacen a final de año? Que si las noticias más importantes, los romances más sonados, los zappings más supuestamente graciosos que-te-cagas, los videojuegos favoritos de los redactores de Try again, los peluches más bonitos del mundo mundial… Cada año igual. Cada año más pesados. Cada año todos pasamos más y más de las listas, ignorándolas por igual. Dios, como odiaría tener que hacer una lista del estilo. ¡¡Y sin más preámbulos, con todos ustedes, la lista de lo peor y lo mejor de 2008!! Empezando, como no podría ser de otra manera, por los mayores bodrios que han dado en caer en nuestros cines. Por supuesto, no incluímos ni las películas vistas en festivales (Sitges, FANT, etcétera). Más que nada porque si no esto sería una lista interminable. ¡Vamos allá! Aunque todos sabéis cuáles van a ser las dos películas ganadoras (porque son las ganadoras en todas las listas del mundo mundial, más que nada), ¿cuál será la tercera? ¡Tensión! ¡Intriga! ¡Dolor de barriga!
37-10.000: Roland Emmerich, el mismo que tan pronto te hace un Stargate como un Godzilla, filmó una película en la que mezclaba la prehistoria con el antiguo Egipto, dinosaurios con humanos y se pasaba los libros de historia y el sentido común del espectador por el mismo sitio por donde se pasó todo lo que sabe sobre movimientos de cámara y montaje (que es poco, todo sea dicho). Total, que nos queda un filme al que se le queda corta la palabra “mediocre”. 10.000 fueron el número de personas que se salieron de mi cine antes de que acabara la película. De verdad.
36-Speed racer: Los Wachowski, antaño artesanos de la saga Matrix (de las que, como todos sabemos, sólo valían la pena la primera parte y los cortos animados), decidieron que la mejor manera de adaptar una serie camp sobre corredores de Fórmula 1 pseudo-futuristas que contaba con un corredor misterioso, un niño y un mono era… no cambiar un ápice. Así, todos vimos con estupor como un niño y un mono se convertían en las improvisadas estrellas de una película con un estilo visual tan novedoso como innecesario, con un guión al servicio de los efectos especiales (¿cuándo aprenderán? ¿cuándo?) y más bochornoso de lo que cabría esperar. Para olvidar.
El mono fue lo mejor adaptado. Sin duda.
35-Crepúsculo: Un libro cuyo éxito internacional sólo puede explicarse mediante la hipnosis colectiva. Una directora con menos talento que Ed Wood. Unos actores que podrían haber sustituidos por bonitos jarrones decorativos. Unos vampiros que no muerden, que brillan a la luz del día y se enamoran de humanas con serios problemas para relacionarse. Una película taquillera hasta las trancas que ha venido a engordar la desproporcionada cuenta corriente de Stephenie Meyer. Otro gran bodrio de este año. Y vamos tres.
34-Los crímenes de Oxford: Alex de la Iglesia es ese director gordo y divertido que sabe hacer blogs muy bien pero parece que está perdiendo su toque a la hora de rodar. Primero con estos Crímenes de Oxford y luego con la fallidísima Plutón BRBnero (en serio, ¿qué demonios era eso? ¿O qué intentaba ser?), De la Iglesia ha dejado de ser el director estrella e infalible que era antaño (recordemos: La comunidad, Muertos de risa, Crimen ferpecto…) y se ha dedicado a hacer películas cuyo sentido se pierde en la trama y que parece tan impersonal como cualquier bodriete de Ron Howard. Los crímenes de Oxford es, sin duda, la obra más cara de Alex de la Iglesia, pero, sin duda, es también la confirmación de que nadie es perfecto. Ni detalles interesantes tenía.
33-4 meses, 3 semanas y 2 días: Eh, chicos. Vamos a hacernos los interesantes viendo esta película. Me han dicho que tiene un plano en el que un pie sale desenfocado durante cinco minutos para representar el dolor femenino (¿que por qué un pie desenfocado y no una lágrima? Bueh, se nota que no eres un lector de Cahiers du cinema. Tú no sabes). Una historia sobre aborto, violaciones y drama, mucho drama, conforma la película que marca el número uno de las revistas culturetas del mundo mundial. Los que comemos palomitas en el cine y no confundimos “pretenciosidad mal realizada” con “metáforas atrayentes” tenemos en 4 meses, 3 semanas y 2 días uno de los filmes injustamente más sobrevalorados del año. Me lloverán críticas, pero qué le vamos a hacer. Lo pretencioso no va conmigo.
No se mira en el espejo: Contempla su fragilidad como mujer, impotente ante las vejaciones machistas. Le encanta al ministerio de igualdad.
32-El incidente: La carrera de Shyamalan va para abajo. Después de la sobresaliente El sexto sentido (aun su mejor película) y la notable El protegido, llegaron Señales (entretenida, para qué vamos a negarlo) y El bosque. Y ahora, después de su época de oro y de plata, parece haber entrado en su época de mierda. Con perdón. Pero es que no se pueden explicar de otra manera La joven del agua y El incidente, dos películas realizadas con la única intención de hacer huir a sus antiguos fans (wow, una película en la que un niño-vidente descubre chorradas de una antigua civilización mirando cajas de cereales y un filme en que los árboles asesinan a las personas. Dadme más). ¿Que si El incidente tiene buenos momentos? Bueno, el inicio es potente. ¿Que si El incidente merece la pena? Tanto como hacer rebotar una pelota en la pared de tu cocina durante horas. Shyamalan, majete, dedícate a los finales sorpresa, anda.
31-I’m a cyborg (but that’s OK): Alguna vez hemos hablado del movimiento “si es asiático es exótico, y como es exótico es una obra maestra” impulsado por Kim Ki-Duk, Wong Kar-Wai y Hayao Miyazaki. Sí, es cierto que han hecho buenísimas películas los tres, pero no todo lo que tocan es oro. A ver si ahora va a haber rey Midas por el mundo y no nos hemos dado cuenta. I’m a cyborg forma parte de este movimiento. Siendo una película mediocre en su planteamiento y fallida en el resto de su metraje, los cinéfilos de bombín y pipa la han dejado como una fabulosa obra maestra. Park Chan-wook, el autor de la sobrevalorada trilogía de la venganza firma una película que ni sorprende ni emociona: Es la mediocridad personificada. Con todo, los efectos especiales son soberbios en las tres o cuatro escenas que se quedan grabadas en la mente y brillan por su ausencia en el resto de la película. Tanto como la emoción de Chan-wook, que se va perdiendo un poco más en cada minuto que pasa.
30-Vicky Cristina Barcelona: Me copio a mi mismo, en El blog de Randy: Esta es Vicky. Y esta es Cristina. Y son la leche de diferentes, porque te lo explica la voz en off, una voz en off que no tiene justificación alguna en la película pero que queda la mar de interesante. Vicky y Cristina van a pasar el verano en Barcelona, porque si no el título no es correcto. Vicky se va a casar con el amor de su vida dentro de poco y Cristina es una viva la virgen que no sabe qué hacer con su vida. Llegan a Barcelona y allí conocen a Javier Bardem. Ya saben, Ramón Sampedro. El actor que nunca hay que decir que lo hace reguleramente so pena de ser expulsado de España. Diremos que aquí pone cara de pan de manera maestra. Creo que una vez a lo largo de la película le vi poner una expresión, pero no estoy seguro del todo. Si encima de ser Javier Bardem pusiera expresiones faciales y supiera actuar, sería el actor perfecto. Y ya está. A partir de aquí, Allen coge su MiniDV, graba lo que pilla por Barcelona (¿la Generalitat? ¡Fabuloso! ¿las Ramblas? ¡Fabuloso! ¿un banco al lado de un McDonalds? ¡Soberbio!) y los críticos españoles cagan pepsi-cola. El resto del mundo, queremos coger una cuerda y colgarnos para no tener que ver Roberto Pepe Oviedo. Dadle una subvención a Allen y una demencia senil y ya veréis.
Os acabo de espoilear la película
29-Sweeney Todd: Tim Burton quería hacer un musical y no sabía ni por donde empezar. Y qué quieren que les diga, se nota. Si sales de una película repleta de canciones y sólo puedes recordar un poco de la letra de una y “más o menos” la musiquilla de otra, es que algo falla. Entre que la historia se podría haber contado igual (perdón: mejor) sin canciones constantes, que Johnny Depp hace de Johnny Depp dirigido por Tim Burton (ya sabéis: Gótico-que-te-meas con el que las quinceañeras llenan sus carpetas), que el director está más pasado de vueltas que cuando hizo El planeta de los simios y que las canciones son más sosas que el último disco de Miguel Bosé, Sweeney Todd es un intento de que el director gótico por excelencia vuelva a lo más alto… sin conseguirlo en ningún momento. Hala, vuelve a intentarlo con Alicia en el país de las maravillas. O con la chorrada que venga después.
28-Prime time: Acogida con un clamoroso pitido en el festival de Sitges, Prime time, sin ser la peor película de la historia, como se decía por allí, es un filme paupérrimo, con una metáfora sobre la televisión tan obvia como innecesaria y mal llevada. La crítica de turno sobre Gran hermano ha sido este año la de Dead set, serie británica sobre zombies en medio de un reality, y no la de Dead set. En general, este año las series de televisión le han pegado un buen repaso al cine. Prime time es una especie de lugar de purgatorio futurista para criminales que no interesa ni atrae mas que a neófitos en esto del cine que se excitan con poca cosa. Los decorados son sencillísimos, los actores parecen recién salidos de Estudio de ídems y el único interés radica en un giro de guión que uno se huele desde el primer minuto. Luego se quejan de que el cine español va mal. Normal, con semejante despropósitos.
27-Monstruoso: J. J, el director definitivo, cogió una cámara de estar por casa, le añadió un par de cosillas con el AfterEffects, se inventó la historia de un monstruo que destrozaba Nueva York, se dio cuenta de que no le daba para una película (por lo que añadió una innecesaria media hora de presentación de personajes), hizo una campaña viral que te cagas y, finalmente, estrenó su nueva gran mentira: Monstruoso. Ni la historia era interesante, ni la película hacía algo nuevo de un modo novedoso, pero todo el mundo andaba como loco por lo nuevo de J. J. Me gustaría ver qué hubiera pasado con Monstruoso si Lost no hubiera existido. ¿Alguien ha dicho “carne de videoclub”?
Aprende, J. J.
¡Y mañana, la segunda parte de las películas del año! ¡Perros estrellas de cine, agentes secretos, cuartas partes decepcionantes y superhéroes variados! ¡No se lo pierdan!